Por Juan Carlos Saloz.
“Creo en Dios, pero hasta ahora siempre me había dado vergüenza decirlo”: luces y sombras del ‘cristianismo digital’, la tendencia que está acercando la religión a la Generación Z.
“Muchos jóvenes ya han vivido a fondo un capitalismo y un consumismo como el de nuestra sociedad”, continúa. “Eso no les ha colmado, no ha satisfecho sus expectativas de felicidad y plenitud. Y en la tradición católica encuentran una brújula, un campo fértil para cultivar su interioridad. Además, muchos ni siquiera fueron iniciados en la Iglesia Católica. Para ellos es nuevo y diferente. No es ‘el rollo de siempre’”.
Esta novedad, tal y como destaca Torralba, permite acercarse sin los prejuicios de las anteriores generaciones, que vivieron una imposición católica ligada a la dictadura franquista. “Cuando uno ha sido iniciado en una tradición, puede terminar hastiado y dar un portazo —’ya tengo bastante de curas, de rosarios, de misas’—. Pero cuando no lo has conocido, no tienes prejuicios negativos”, aclara. “Lo abrazas como una novedad, igual que abrazarías el budismo o el taoísmo. Y eso está pasando con jóvenes de 18 y 20 años que se acercan a la tradición católica con una mirada nueva, sin estigma”.
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