
En este nuevo libro, Francesc Torralba continúa el camino iniciado desprendido de la muerte de su hijo, una experiencia sobre la cual ya reflexionó en su anterior obra. Si aquel primer texto surgía del impacto y el silencio, este nace de una palabra más serena, reposada en el tiempo y en la profundidad interior.
Desde su doble mirada —como teólogo y como padre— Torralba ofrece una reflexión íntima y honesta sobre como el luto, vivido sin evasiones, puede convertirse en una búsqueda de sentido y en una forma diferente a paz.
Lejos de dar respuestas cerradas, comparte una experiencia: como una cosa tan profundamente humana como el dolor puede transformarse en camino, en aprendizaje, incluso en luz. Para Torralba, la teología es precisamente esto: el arte de poner palabras al misterio que somos y que atravesamos.