
Ah, ¿sí? Cómo hablar de Dios a los niños
El niño es un forjador de preguntas impertinentes. Sus interrogantes nos hacen enrojecer. Muestra, con sus demandas, la insostenible ligereza de nuestros conocimientos, la fragilidad de nuestras teorías. El niño no conoce, todavía, el tabú, ni es esclavo del lenguaje políticamente correcto. Pregunta y espera respuesta.
Quienes creemos que Dios es aquel Amor cósmico que lezna la persona y la conduce a la máxima plenitud de su ser, consideramos que es valioso que los niños descubran, en el fondo de su ser, esta energía creadora de bondad, de verdad y de belleza.
He escrito este libro pensando, especialmente, en mis cinco hijos.
Editor
Editorial Claret
Población
Barcelona
Año
2010
Páginas
160