
Este libro se ha escrito e ideado como una apología, como una defensa del maestro y de su labor en el seno de la sociedad. Tiene como objetivo reivindicar, con solemnidad, la vocación y la profesión de maestro, porque realmente la concibo como una de las más nobles que puede ejercer un ser humano en este mundo.
Dedico este pequeño libro a quienes entregan su vida en el aula; a quienes dan todo su ser en el aula y no guardan nada para sí mismos. Deseo comunicarles que tal donación y entrega tiene sentido, que deben sentirse satisfechos por lo que crean con su actividad.
Ofrezco un abanico de razones, un hilo argumental para que los maestros desencantados descubran, de nuevo, la grandeza inherente a su vocación; pero también para que las nuevas generaciones de candidatos a maestros no desistan en prepararse a fondo para ejercer esta tarea en el mundo.