Premio Llorer de Ensayo 2004.

Alguien dijo que hay identidades que matan. Es cierto, pero también hay identidades que mueren de inanición. Pueblos, lenguas, culturas enteras, algunas milenarias, desaparecen de nuestro horizonte por siempre jamás. La muerte de una identidad colectiva representa la pérdida de un mundo, de un océano de significados. Esta muerte nos empobrece colectivamente. Vivimos en un mundo en el que las identidades vulnerables sufren el impacto de la homogeneización. ¿Cómo sobrevivir a este proceso? He aquí un libro que presenta algunas estrategias pacíficas, pero a la vez firmes, contra la homogeneización del mundo.